Fue el día 21 de este mes cuando el animador Oliver Callahan, a la edad de 84 años, decía adiós. Tras una larga carrera en los dibujos animados, habiendo trabajado para los estudios Hanna Barbera y MGM, murió un hombre que contribuyó al mundo de las animaciones desde los años 1960 a 1990.
Hizo su debut en 1964 con Jonny Quest, y su último aporte fue en 1992 con Capitol Critters.
En lo que respecta al gran danés, ejerció su labor en las series Misterio a la orden, Las nuevas películas de Scooby-Doo, El show de Scooby-Doo, Las olimpiadas de la risa, Scooby-Doo y Scrappy-Doo, y Un cachorro llamado Scooby-Doo. También en películas como Scooby-Doo va a Hollywood, Scooby-Doo y los hermanos Boo y Scooby-Doo y la escuela de fantasmas.
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