Solo se viaja una vez
por Leonel
20 de noviembre
Los chicos
habían sido llamados a resolver el misterio de la criatura alada endemoniada,
la cual había estado ahuyentando a los alumnos de la Universidad Keyne. Ahora
solo asistía un grupo de seis estudiantes, los más valientes quizá. Cientos
habían abandonado sus estudios por temor a que este monstruo los devore. Una
vez que el director notó la falta de alumnos, recurrió a Misterios S.A. para
que lo ayudaran.
La banda
pronto descubrió al rostro detrás de la máscara. En este caso, más bien, a
quien controlaba el ave robótica. Se trataba de la señora Bianca, quien lo
había hecho para vengarse del director. Ella era parte del personal de
limpieza. Él no le pagaba lo suficiente. La mujer había exigido varias veces un
cambio en su sueldo, un aumento. Por no acceder a su pedido, decidió vengarse y
planeó todo para que el hombre quede en las ruinas. Bianca lo hubiera logrado
si no hubiera sido por los chicos entrometidos y su perro, quienes la enviaron
a prisión. En consecuencia, los alumnos se reincorporarían con rapidez.
Una vez
resuelto el misterio, la banda disfrutaba de unas deliciosas malteadas, cuando
Vilma no se pudo guardar en secreto lo que vio en la institución y le contó al
resto:
-
Un portal se encontraba abierto en el viejo laboratorio del subsuelo… tenía la
forma similar a la de un agujero negro, y su color oscilaba entre las
diferentes gamas del púrpura.
-
¡Ay, mi color favorito! – dijo Daphne.
-
Daphne, esto es un asunto serio. Sin más preámbulos, creo que se trata de un
vórtice espacio-temporal.
-
¿Cómo esos que se ven en las películas de ciencia ficción? – preguntó Shaggy,
asombrado.
Scooby
tiritaba, la situación ya le estaba dando escalofríos.
-
¡Exacto! Una puerta hacia otra época, otro lugar, otra dimensión… ¡quién sabe!
Quizá sea un portal hacia el espacio exterior… ¡hay infinitas posibilidades!
-
¿En serio crees eso, Vilma? – interrumpió Fred en un tono despectivo.
-
¡¡Óyeme bien, Sr. Trampas!! ¿Piensas que yo me creo cualquier cosa? Tú eres el
experto en planes, ella es la damisela en peligro, Shaggy y Scooby son las
carnadas, y yo soy la lista del equipo – pronunció enfurecida.
-
¡No desde que se karate! – se defendió Daphne.
Quedaron
boquiabiertos.
-
Disculpen… no quise hablar así, pero no puedo permitir que dudes de mí, Fred.
Siempre estoy al tanto de los últimos avances en la ciencia, y recientemente se
ha descubierto que los viajes espacio-temporales son posibles.
-
¡No puede ser cierto! ¿Qué pasaría si alguien ingresa allí? ¿Nosotros ya no
existiríamos? ¿Todo se transformaría acorde a otra época? ¿La Prehistoria o el
futuro? – se cuestionaba Daphne, preocupada y a la vez ansiosa por escuchar las
respuestas.
-
Mira, según mi teoría, quien entre al portal llegará a un tiempo o dimensión al
azar – contestó Vilma, ligeramente dudosa.
-
¿Tal vez un mundo lleno de Scooby Galletas? – preguntó Shaggy, feliz.
-
¡Hmm, Scooby Galletas! – fueron las palabras del gran danés.
-
¿Qué dicen si regresamos a la universidad e investigamos algo más acerca de
este fenómeno? – propuso el chico de la pañoleta anaranjada.
El resto
asintió y elogió la buena idea.
-
Pero antes quisiera pedir otro emparedado – dijo Shaggy.
-
Si, si… - lo apoyó Scooby.
-
No hay tiempo para eso… ¡andando, par de glotones! – concluyó la chica lista.
Una vez en
la Universidad Keyne, el equipo pidió reunirse con el profesor de ciencias. El
director accedió dado que los chicos hicieron un muy buen trabajo para con él. Sin
preguntar el motivo del encuentro, les indicó el camino hacia donde el
profesor. Luego de una pequeña conversación sobre temas de interés nerd, Vilma
se animó por fin a preguntar lo que deseaba saber.
-
¿Qué es lo que se encuentra en el viejo laboratorio? ¿Un portal quizá?
-
¿Cómo? ¿Quién te lo dijo?
-
¡Lotería! Sabía que estaba en lo cierto.
-
Oye, yo no afirmé nada, jovencita.
-
Por favor, cuénteme más sobre esta maravilla.
-
Bien, ya que insistes. Es cierto, se trata de un túnel interdimensional.
Cualquiera que entre en él, podrá viajar hacia una nueva dimensión acorde a sus
pensamientos. Es decir, si tú buscas vivir en un mundo donde las plantas
hablen, pensarás en esto mientras viajas y, en seguida, se volverá la nueva
realidad.
-
¿Se trata acaso de una nueva realidad paralela?
-
Me temo que no. La nueva realidad reemplazaría a la actual. El presente dejaría
de existir, y todos formaríamos parte de ese nuevo mundo como si nada hubiera
ocurrido, sin siquiera darnos cuenta.
-
¡Wow! Es realmente increíble, ¿Señor…?
-
Doyle. Peter Doyle.
-
¡¡¡¡Ohhh!!!! ¿Es usted? ¡No puedo creerlo!
Fred la tomó
suavemente y le preguntó susurrando:
-
Disculpa, y creo hablar en nombre del resto de la pandilla también, pero ¿quién
es este Peter?
-
¡Peter Doyle! Un importante científico, autor de más de cincuenta libros sobre
teorías interdimensionales y del espacio-tiempo. – se volvió nuevamente hacia
el profesor – Entonces… volviendo a lo del portal…
-
Ya no puedo contarte más. Es confidencial, y ya hablé demasiado.
-
Permítame saber solamente si alguien ya probó el túnel. Por favor… - suplicó.
-
Me pareció haber sido claro al decirte que, una vez que alguien lo utilice, una
nueva realidad será creada.
-
Pero tal vez esta realidad no sea la original, y es probable que estemos
viviendo en lo que fue el producto de la imaginación y el deseo de alguien más.
-
Mira, Dilma…
-
¡Vilma! – aclaró.
-
Vilma, el portal desaparecerá luego de ser utilizado. He llegado a la
conclusión de que solo se viaja una vez, lo que no descarta tu pensamiento. Es
factible que alguien más haya podido encontrar un portal así y entonces
inventar este mundo presente.
-
Bien, y dígame cómo es que el portal tuvo lugar en esta universidad… ¿Es usted
su inventor o su descubridor?
-
Fui demasiado claro: no te contaré más nada sobre esto.
-
Pero…
-
¡Ya dejen de entrometerse en mis asuntos, ustedes chicos metiches y su mascota!
21 de noviembre
En el camino
de regreso, luego de haber resuelto el misterio de los fantasmas del museo de
cera, Fred no logró dominar la Máquina del misterio, provocando así el choque
contra un gran edificio. Todos estaban sanos y salvos, menos el vehículo.
Freddie no paraba de lamentarse, no podían consolarlo. Aunque reparasen la
máquina, ya no sería la misma (según él). Fue tan sí que decidió no mandarla a
arreglar, por lo que el padre de Daphne les brindó una furgoneta nueva y muy
moderna. Freddie iba al volante, pero no sentía lo mismo que con su vieja
aliada.
22 de noviembre
-
¡Mis lentes! No puedo ver nada sin mis lentes… - dijo la portadora de gafas unas
cinco veces dentro del mismo caso misterioso.
Vilma ya
estaba harta de sus anteojos y de no poder ver nada sin ellos. Por este motivo
los pisoteó, volviéndolos añicos. Luego, de inmediato, se vio arrepentida. Sus
padres debieron pagarle unos nuevos, mas estos eran aún de un mayor tamaño que
los anteriores.
23 de noviembre
El monstruo
de goma de mascar se enredó en el cabello de Daphne, y no le quedó otra opción más
que cortárselo. Ahora llevaba el estilo de Fred, o algo que se le parecía. Y
por si esto fuera poco, su vestido púrpura favorito se vio arruinado al dárselo
a su novio como un elemento fundamental para una nueva trampa, sin saber que eso
implicaría el destrozo del mismo.
24 de noviembre
-
¿Lo harían por una Scooby Galleta?
-
¡Sí, sí! – dijeron a coro.
-
Queda solo una, así que deberán compartirla.
No lo
hicieron. Scooby se la devoró en un instante. No era la primera vez que esto
pasaba, y Shaggy se vio enfadado por esto.
- ¡Egoísta!
Siempre la misma situación se repite, una y otra vez. Tú no cambias más,
exmejor amigo Scoob – dijo Shaggy entre lágrimas.
Scooby-Doo también
lloró. Intentó abrazar a su querido amigo, pero el orgullo del chico hippie no
se lo permitió. A partir de este momento, Misterios S.A. comenzó a separarse
para buscar pistas de la siguiente forma: Fred, Daphne y Shaggy por un lado; y
Vilma junto a Scooby por el otro.
25 de noviembre
Vilma había
desaparecido. El resto se subió a la nueva máquina y fue en busca de ella.
Supusieron estaría en la Universidad Keyne, ya que aún tenía dudas por
despejar. Llegaron a la institución, pero la misma estaba cerrada. Entonces,
accedieron por una ventana desde la parte trasera del edificio. No estaba en
ningún salón, ni siquiera en aquel donde tuvo lugar el encuentro con el
profesor.
-
Separémonos, así será más fácil hallarla.
-
No Fred, Scooby quedaría solo… ¿acaso no recuerdas la nueva política de
división?
Shaggy miró
al gran danés en forma indiferente. Scooby agachó la cabeza, fijando la vista
en el suelo.
-
Tienes razón, Daph. Busquémosla todos juntos.
-
¡Oigan! ¡Ya sé dónde está! – se dio cuenta Shaggy.
-
¿Dónde?
-
Donde el portal.
-
¿Cómo no se nos ocurrió antes? – se preguntó Daphne.
-
¡Andando equipo! – concluyó Fred.
El chico
despeinado estaba en lo cierto. Efectivamente. Vilma se encontraba allí, parada
frente al portal, observándolo con seriedad y ganas de cruzarlo. Ella dio un
paso hacia adelante, y uno más. Estaba muy cerca de acceder a este, cuando
Shaggy (a gran velocidad) se lanzó sobre ella impidiendo que lo traspase.
-
¿En qué estabas pensando, Vilma?
-
Shaggy… quiero vivir en una realidad donde no dependa de unos feos anteojos, y
ahora de unos aún más horrendos, para poder ver a mi alrededor. Además, me
hacen lucir espantosa.
-
¿Qué dices? ¡Pero si te quedan fabulosos! – trató de consolarla.
-
¡Alto ahí! Si hay alguien que tiene derecho a crear el nuevo presente, ese soy
yo – interrumpió Freddie.
-
¡Jamás! – gritó Daphne, dándole un fuerte golpe de karate – Yo debo usarlo, y
no permitiré que alguien más lo hago.
-
¡Basta todos ustedes! Yo atravesaré esta cosa y crearé un lugar donde no
existan los perros egoístas.
-
¡Ya lo veremos! – pronunció la chica del suéter enfurecida, y le arrancó
algunos vellos de su barbilla con las manos.
-
¡Caracoles! ¡Eso sí dolió!
Fred golpeó
a Shaggy, Daphne intentó partir un tubo de ensayo en la cabeza de Vilma, y esta
última continuó pegándole a Shaggy (ahora le pateaba el trasero con furia). El
chico cobarde se reivindicó y revoleó unos frascos vacíos hacia el “Sr. Trampas”.
Todo estaba fuera de control. Jamás había ocurrido algo semejante. Todos
querían cruzar el vórtice. Todos tenían motivos para hacerlo. Fue entonces
cuando Scooby-Doo tomó coraje y dio un gran salto, accediendo al portal.
20 de noviembre (nuevamente)
Los chicos
entrometidos habían resuelto el caso de la criatura alada endemoniada, luego
fueron por unas malteadas, y finalmente regresó cada uno a su respectiva casa.
Vilma no
descubrió el vórtice en esta nueva realidad, ya que jamás existió, por lo que
no debería producirse la rivalidad entre los miembros de la banda. Todo había
vuelto a la normalidad gracias al deseo de Scooby… aunque ya sabía que la
próxima vez que quede solo una galleta, debería brindársela a su mejor amigo…
solo por si acaso.
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